"Intentando instruir a los hombres es como se puede practicar la virtud general de amor a la humanidad. El hombre, ser flexible que en la sociedad se amolda a los pensamientos y a las impresiones de los demás, es capaz de conocer su propia naturaleza cuando alguien se la muestra, pero también es capaz de perder el sentido de ella cuando se la ocultan."Esta idea puede formularse como uno de los fundamentos de la educación: todos somos capaces de reconocer nuestra propia naturaleza si la vemos y de desconocerla si nos la ocultan. Es por ese motivo que la (buena) educación nos hace libres.
Referencia bibliográfica:
Montesquieu (1996). Del espíritu de las leyes (Mercedes Blázquez & Pedro de Vega, trad.). Barcelona: Litografía Roses. (Obra original publicada en 1750).
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